Castèth Leon

Los restos de la fortificación Castillo León (Bien Cultural de interés nacional en virtud el decreto 22/4/49), se encuentran situadas en un montículo sobre la población de Es Bòrdes, en la Val d’Aran, a 888’65m de altitud en su cota más alta, en la confluencia de los valles del rio Garona y Jueu. En sus cotas sur y oeste del montículo están delimitados por montes y por una pala muy pendiente al norte, lo que las hace prácticamente inaccesibles; por el este, por el contrario, el terreno es de mejor acceso.

Al medio día, junto al pie de la peña pasa el Camino Real, eje rotor vertebrado de la Val d’Aran que, por el lado del Garona, conecta el sendero occitano con la vertiente meridional de los pirineos a través de puertos de montaña. En este lugar se encuentra la bifurcación con otro camino, que por el valle de rio Jueu (Artiga de Lin) permite saltar hacia el valle de Benasque (Aragón) y al Luchon (Francia). La antigua fortaleza ejercía un control absoluto sobre este puerto de montaña con caminos.

La primera torre del futuro castillo fue construida por tropas francesas del senescal de Tolosa, Eustaqui de Beaumarchais, en 1283, inmediatamente después de la invasión en Aran por parte del rey de Francia, Philippe III, que no pertenecía a la anexión, aprovechando la excomunión de Pedro III (II de Aragón) el Grande, por parte del Papa Martinus IV. Este hecho provoco un largo litigio entre Aragón y Francia, que se alargo hasta 1313, cuando finalmente Aran volvió a manos del primero. Mientras no se dirimiera a cuál de los planteamientos correspondía la titularidad, el Valle de Aran espero, de 1298 hasta 1313 bajo la custodia del rey de Mallorca.

A partir del primer momento fue la sede, primeramente, de los gobernadores franceses, y a partir de 1298, de los mallorquines. También después de que Aran volviese a la órbita Catalano aragonesa y hasta su destrucción de 1719, la fortaleza fue la sede del poder y de la administración real, y fue protagonista de numerosas vicisitudes bélicas que han afectado Aran. Hay que recalcar también la extraordinaria importancia estratégica que tenía como fortificación de frontera, especialmente, a medida que se consolida la línea fronteriza de los Pirineos.

En el momento inicial (1283) se debió construir la torre del homenaje, que, según representan y describen los documentos -y se ha podido corroborar en los trabajos arqueológicos- era de planta circular y bastante grande, como corresponde a un verdadero “donjon”, de acuerdo con la tipología de las fortificaciones medievales francesas. Seguramente a lo largo del S. XIV, esta gran torre debía tener todo el perímetro amurallado. Entonces inmediatamente después del retorno de la Val d’Aran al dominio Catalano aragonés, entre el 1318 y 1320, sabemos que se hicieron reformas, y también en 1362. Poco después, en 1373, el 8 de junio, el rey Pedro III el Ceremonioso, de Barcelona, concede la cantidad de 100 libras barcelonesas para la reparación del castillo, que se dedicaron a importantes obras de reparación de la torre de la puerta y de la torre maestra, parece que, en este caso, para reparar los grandes daños materiales provocados por el fuerte terremoto que hubo el día 3 de marzo del mismo año.

La complicada situación internacional, la guerra entre España y Francia, agravada por la amenaza creciente del protestantismo (los hugonotes en Francia), obliga a Felipe II a fortificar la frontera. Estos hechos representan para el Castillo León en una importante renovación arquitectónica y de armamento, que se desarrollaría en dos fases: la primera entre 1588-89 y a segunda en 1594.

Documentos de excepcional valor para conocer el aspecto y configuración del castillo en este momento son los dibujos detallados y los escritos que les complementan que, en 1594, hizo el ingeniero italiano Tiburcio Spanochi, por orden de Felipe II, para comprobar el estado y efectividad de la fortificación. Este dibujo los planos del castillo, enumero y describió sus dependencias y propuso una serie de reformas. También nos ha legado una perspectiva del Castillo León por el oeste que permite conocer bastantes detalles arquitectónicos de la edificación y nuevos elementos del entorno del castillo.

La Guerra de los Segadores fue cruel en la Val d’Aran, dividida entre los “terçons” superiores (Pujòlo e Arties e Garos), partidistas de la Generalidad catalana, y el resto del Valle, a favor de los castellanos. Dentro de este contexto de verdadera guerra civil, Castillo León fue codiciado por ambas facciones. En 1641 los procatalanes tomaron la fortaleza después de un asedio de 45 días y lo mantendrán en sus manos hasta 1643 en manos procatalanas, cuando el gobernador Jacint Toralla, mediante un pacto secreto, hace libramiento de la fortaleza a las tropas de Felipe IV. La reacción catalana no se hizo esperar: Josep Margariti Biure, consejero segundo de Barcelona, junto con el aranes Bartomeu España y una armada de 700 hombres entraron en la Val d’Aran, pasan a fuego y sangre en Vielha y toman el Castillo león. Hay duras represalias para los felipistas araneses obligados al exilio. La nueva guarnición está compuesta por franceses y araneses procastellanos, comandados por Rafel Subirá, toman por sorpresa el Castillo León.

La Guerra de Sucesión española volvió a representar un nuevo fraccionamiento de la Val d’Aran entre los partidarios del pretendiente a Cataluña, el archiduque Carles d’Austira (Naut Aran) y el resto del Valle, que daba soporte al pretendiente Borbón. Así, en 1706, un grupo de araneses partidarios del archiduque Carles, comandados por Ramon Moga y Jusep Portolà, tomaron la fortificación. Castillo León que se mantendrá en sus manos hasta 1711, cuando las tropas del archiduque se rinden a la armada felipista del Marques d’Arpajon. Este impuso fuertes contribuciones a los araneses para la reconstrucción de la fortaleza. Diversos planes informan de como era en este momento y de los bastiones o glaseos exteriores que se habían construido especialmente en el lado oriental, el de mejor acceso.
Poco después, en 1718, empieza otra gran guerra, conocida como la de la Cuádruple Alianza, que confronto España con Francia, Inglaterra, Holanda y Austria. Consecuencia de esto es la ocupación de la Val d’Aran por parte de las tropas aliadas, comandadas por el mariscal Bonàs. El 11 de junio de 1719, después de un asedio duro, Castillo León pasa al poder de Bonàs. Mas tarde, en el mes de noviembre del mismo año, el mariscal Berwick ordena la destrucción del Castillo León. Siguiendo estas instrucciones, un mes después, las tropas francesas queman la fortaleza.